Por qué cada sitio web parece diseñado para fastidiarme la experiencia

Ya no disfruto navegar por internet.

No es que me haya vuelto un anciano digital o que esté nostálgico sin razón. Es que cada vez que intento hacer algo tan básico como leer una noticia, termino navegando por un campo minado de interrupciones.

Ayer vi una noticia interesante en Instagram, así que decidí entrar a leerla, pero al entrar me encontré con “Acepta nuestras 847 cookies o configura manualmente cada una”. Ok, acepto todo porque quiero leer, no convertirme en abogado de privacidad.

Aparece el artículo y empiezo a leer el primer párrafo cuando de repente “¡Suscríbete a nuestro newsletter!” me cubre la mitad de la pantalla. Lo cierro y sigo leyendo, pero en el segundo párrafo me aparece “Permitir notificaciones?“. No, gracias. Para el tercer párrafo, un video se reproduce automáticamente sobre algo completamente diferente al artículo, así que lo pauso.

Cuarto párrafo: “Inicia sesión para continuar leyendo”.

Cierro la pestaña. Abro otra noticia de otro sitio. Mismo problema. Diferente orden.

No es solo nostalgia

Recuerdo cuando la web era personas compartiendo cosas porque les gustaba compartir. Blogs personales con diseños horribles pero contenido honesto. Sitios de hobbies hechos por gente que realmente sabía del tema.

Ahora todo está diseñado para extraer cada centavo de mi existencia digital. Cada click, cada scroll, cada segundo de atención monetizado hasta el cansancio.

Los artículos están escritos para aparecer en Google, no para responder tu pregunta. 2,500 palabras para explicar algo que necesitaba 3 párrafos. Pero claro, el SEO dice que más palabras es mejor ranking.

Entiendo que necesitan ganar dinero

Mira, lo entiendo perfectamente. Los sitios necesitan ingresos. Pero la experiencia se volvió hostil.

Cada sitio parece diseñado bajo la premisa de que soy un tonto que necesita ser manipulado para hacer lo que ellos quieren. Botones de “No gracias” microscópicos. Checkboxes ya marcados. Pop-ups que aparecen justo cuando estás a punto de hacer click en algo más.

Es como si hubieran olvidado que hay una persona real del otro lado.

Lo que realmente me molesta

No es solo la publicidad. Siempre existió publicidad. Es que cada interacción está diseñada para beneficiarlos a ellos, no para ayudarme a mí.

¿Quiero leer un artículo? Primero debo pasar por 6 obstáculos que no tienen nada que ver con el contenido.

¿Busco información específica? Me dan contenido genérico optimizado para palabras clave, no la respuesta real.

¿Intento cerrar algo? El botón está escondido o es tan pequeño que necesito lupa.

Todo está diseñado para frustrarme hasta que me rinda y haga lo que quieren.

La ironía de todo esto

Lo más triste es que esta estrategia está matando lo que la web tenía de bueno.

Ya no guardo bookmarks porque sé que la próxima vez que visite ese sitio va a ser la misma pesadilla. Ya no exploro sitios nuevos porque asumo que van a ser iguales.

Convirtieron la web en algo que no quiero usar.

Después se preguntan por qué la gente usa ad blockers, por qué nadie confía en los sitios web, por qué preferimos quedarnos en las mismas 5 plataformas conocidas.

Tal vez así tiene que ser

Tal vez esto es solo el precio del “progreso”. Tal vez así funciona cuando todo el mundo está online y hay que monetizar todo.

Pero me da tristeza pensar en las personas que están descubriendo la web ahora y creen que esto es normal. Que no saben lo que se perdieron cuando la web era un lugar para compartir, no para extraer.

Tal vez soy solo otro viejo quejándose del cambio. Pero cada vez que tengo que cerrar 4 pop-ups para leer dos párrafos, pienso que algo se rompió en el camino.

Y sinceramente, no sé si tiene arreglo.